De los 100 encuestados, el 30,3 % de los encuestados manifestó ser estudiante, el otro 30,3 % ama de casa, el 27,3 % trabajadores y el restante 12,1 % profesional.
El 30,3 % de los encuestados posee una edad que oscila entre los 31 y 40 años, el 27,3 % más de 41 años, el 24,2 entre 10 y 20 años y el 18,2 restante entre 21 y 30 años de edad.
El 81,3 % de los encuestados manifestó haber presenciado un terremoto, mientras que el 18,7 restante no lo hizo.
El 39,4 % de los encuestados expresó no haber sufrido ningún daño, el 21,2 sufrió pérdidas económicas/materiales, el 30,4 se divide en partes iguales entre los que sufrieron daños psicológicos y lesiones físicas, mientras que el 9,1 restante padeció la pérdida de un ser cercano.
El 54,5 de los encuestados manifestó saber parcialmente que debía hacer antes, durante y después del terremoto; el 33,3 expresó saber las medidas a adoptar, y por último el 12,2 dijo no saber.
El 78,1 de los encuestados expresó que las campañas de promoción sobre las medidas en prevención son suficientes, mientras que el 21, 9 restante consideró que son insuficientes.
El 54,5 % de los encuestados manifestó que la información sobre las medidas de prevención a adoptar frente a la ocurrencia de un terremoto, proviene mayormente de los medios televisivos, el 30,4 % se divide en partes iguales entre los que consideran que proviene de medios gráficos e instituciones educativas; el 9,1 % de internet y el porcentaje restante de otras fuentes.
El 62,5 % de los encuestados expresó que estar informado permitirá disminuir las consecuencias de los terremotos, el 31,3 considera que lo permitirá parcialmente, y el porcentaje restante considera que no hay relación entre la información y las consecuencias.
El 65,6 % de los encuestados expresó que cuenta con agua y alimentos almacenados en sus domicilios por si surge una emergencia, el 34,4 restante manifestó no contar con ellos.
El 65,6 % de la muestra expresó conocer los números de emergencia o de otro tipo de ayuda por si llegara a ocurrir un terremoto, mientras que el 34,4 % restante manifestó no conocerlos.
El 78,1 % de los encuestados manifestó tener en sus casas fijados a la pared los objetos que pudieran caer y ser peligrosos en caso de que ocurriera un terremoto, mientras que el 21,9 restante expresó no tenerlos como se recomienda.
El 62,5 % de los encuestados manifestó que las autoridades gubernamentales hacen un buen trabajo para prevenir las consecuencias de los terremotos, el 25 % expresó que la labor de los mismos es parcialmente buena y, por último, el 12,5 dijo que no es buena.
Análisis de los datos
Tal como se expresa en los gráficos, el 60,6 % de los encuestados es estudiante o ama de casa (repartidos en parte iguales), el 27,3 % corresponde a la categoría trabajadores y solo el 12,1 es profesional, en cuanto a las edades, el 30,3 % posee una edad que oscila entre los 31 y 40 años, el 27,3 % más de 41 años, el 24,2 entre 10 y 20 años y el 18,2 restante entre 21 y 30 años de edad.el El 81,3 manifestó que presenció un terremoto, la mayoría no tuvo consecuencias que lamentar, mientras que el 21,2 sufrió pérdidas económicas/materiales, el 30,4 se divide en partes iguales entre los que sufrieron daños psicológicos y lesiones físicas, mientras que el 9,1 restante padeció la pérdida de un ser cercano.
El 54,5 de los encuestados manifestó que al momento de ocurrencia del terremoto sabía parcialmente que debía hacer antes, durante y después del terremoto; el 33,3 expresó saber las medidas a adoptar, y por último el 12,2 dijo no saber; con respecto a esta cuestión los encuestados expresaron que se preocuparon más por informarse luego de haber tenido que pasar por un terremoto y no antes de que les ocurriera.
El 78,1 de los encuestados expresó que las campañas de promoción sobre las medidas en prevención son suficientes, mientras que el 21, 9 restante consideró que son insuficientes.
El 54,5 % de los encuestados manifestó que la información sobre las medidas de prevención a adoptar frente a la ocurrencia de un terremoto, proviene mayormente de los medios televisivos, el 30,4 % se divide en partes iguales entre los que consideran que proviene de medios gráficos e instituciones educativas; el 9,1 % de internet y el porcentaje restante de otras fuentes.
El 62,5 % de los encuestados expresó que estar informado permitirá disminuir las consecuencias de los terremotos, el 31,3 considera que lo permitirá parcialmente, y el porcentaje restante considera que no hay relación entre la información y las consecuencias.
El 65,6 % de los encuestados expresó que cuenta con agua y alimentos almacenados en sus domicilios por si surge una emergencia, el 34,4 restante manifestó no contar con ellos.
El 78,1 % de los encuestados manifestó tener en sus casas fijados a la pared los objetos que pudieran caer y ser peligrosos en caso de que ocurriera un terremoto, mientras que el 21,9 restante expresó no tenerlos como se recomienda.
El 62,5 % de los encuestados manifestó que las autoridades gubernamentales hacen un buen trabajo para prevenir las consecuencias de los terremotos, el 25 % expresó que la labor de los mismos es parcialmente buena y, por último, el 12,5 dijo que no es buena.
De lo expresado con anterioridad y en referencia a la hipótesis por nosotros planteada, la misma es refutada con respecto a la población peruana, debido a que el grado de vulnerabilidad en relación a la información con la que cuenta la población, es baja, ya que solo el 12,2 expresó no poseer ningún tipo de información sobre las medidas a adoptar antes, durante y después de la ocurrencia de un terremoto. Por otra parte, la mayoría manifestó comenzar a informarse con posterioridad a la ocurrencia de un terremoto lo que permitiría inferir que el porcentaje de 12,2 ha ido en disminución, ya que la pregunta apuntaba a recopilar información sobre la información "al momento" en el que aconteció el terremoto.
Por otro lado, los datos recopilados dan cuenta de que la población en un elevado porcentaje (65,6 y 78,1 respectivamente) adoptó medidas preventivas, como contar con agua y alimentos almacenados y tener los objetos peligrosos fijados a la pared. Además se evidencia que para la mayor parte de la población, las campañas de promoción que se realizan son suficientes, y que las autoridades gubernamentales realizan una buena o parcialmente buena labor y se destaca que el 62 % de la población encuestada tiene la percepción de que estar informado permitirá disminuir las consecuencias de los terremotos, mientras que el 31,3 considera que lo permitirá parcialmente y solo el 6,2 % considera que no hay relación entre información y disminución de las consecuencias de los terremotos.





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